Sueños que son historias: el Muso y los refugiados.

Esto sí que no me lo esperaba.
Ayer varias personas me hablaron del ser humano al que yo llamo: el  Muso.
Entre sonrisas y miradas pícaras me preguntaban "si lo echo de menos", y alguno incluso me dijo: "ya verás, no va a volver..."
A lo que yo respondía: "No sé de qué me estás hablando" y un vehemente: "yo no echo de menos a nadie". ¿He dicho yo acaso que eche de menos a alguien? Pues entonces es que no echo de menos a nadie.
Esta noche he soñado que estaba dentro de un concurso de baile.
Sólo que de repente salía un dinosaurio de un despacho (el sueño tenía su historia y su drama pero lo del dinosaurio ya...)

Me quedé mirando el dinosaurio (además de moverme de sitio, claro) Y entonces me dije:

- Me voy.

Salí a la calle, cerré la puerta, dejando atrás el dinosaurio y ni corta ni perezosa, me fui volando de allí.

- ¿Qué haces? (me preguntó la voz de mi pensamiento)

- ¿¿Qué qué hago?? ¡Un dinosaurio! ¿Esto qué es? ¿Surrealismo? ¡Venga ya! ¿Acaso a mí me gusta el surrealismo? ¡Esta serie no vale para nada!

Ahora caigo, pensaba que estaba viendo una serie.

- El único al que le gusta el surrealismo es....

Precisamente al Muso.

- A lo mejor alguien quiere que lo entiendas.

- ¡No hay nada que entender! ¡Es la absurdez llevada al extremo! ¿Qué pinta un dinosaurio en una serie de una academia de baile?

Se hizo de noche, en el sueño, y cuando posé mis pies en la acera de nuevo iba a seguir mi camino. Miré a lo alto y me pareció divisar un grupo de luces, muy, muy lejanas, que seguían a otro grupo. "¿Qué es eso?", pensé. Pero como a nadie le llamaban la atención, seguí andando. Era una ciudad normal, en una noche normal. Hasta que las luces me llamaron de nuevo la atención. Sea lo que sea lo de ahí arriba, se están persiguiendo unos a otros. Había dos grupos, y otra luz que iba en solitario. Intenté entender la lógica de aquella situación pero no sabía lo que eran.
De repente vi a unos soldados. Y luego cayeron del cielo unos paracaidistas. De un modo instintivo, me escondí detrás de unas cajas.
Entonces vi a los refugiados.

Aquí el sueño cambia. Los refugiados tenían miedo y vestían de un modo sencillo pero... como muy pulcro. Llevaban camisas blancas, pantalones de vestir, muy viejos, de esos que encontramos en los armarios de los tatarabuelos. Ningún adorno, ni relojes, ni joyas, ni maletas, ni nada. Yo les quería ayudar. Y entonces escuché hablar al Muso. Era como si él hubiera llegado al mismo sitio que yo. Pero me escondí. 
El Muso vestía de forma actual. De hecho, llevaba unos pantalones la mar de bonitos y un jersey gris. O algo en su atuendo era gris, no lo sé, pero desde luego iba a la última moda. 
Me escondí y algo dijo, mirando alrededor.
De nuevo, mi pensamiento o bien "el personaje invisible" que había a mi alrededor, me preguntó:

- ¿Qué haces?

- Me escondo.

- Pero si es "el Muso" ¿No quieres ver al Muso?

- Bueno... es que no sé. Él ya sabe que estoy aquí.

- ¿Y por qué no verle entonces?

Por qué no verle... buena pregunta. Dormida tenía una respuesta. Creo que le dije: 

- Porque con el Muso pasan estas cosas... a veces le veo, a veces no. De todos modos yo sé que está ahí, y él sabe que estoy aquí. Con eso basta. 

Sabéis, creo que en el fondo tenía miedo. No debería asustarme de quien me ayuda, es algo bastante ilógico jajajaja!!! jajajaja... vale, sí, es ilógico. ¡Pero no más que un dinosaurio en una academia de baile! 

Decidí centrar mis atenciones en los refugiados. Hablé con unos y con otros, y al final se escondieron todos en una azotea. Había un ascensor. Y un gato. Un gatazo enorme a rayas (blancas y naranjas) que te miraba con unos ojos que parecía que podían atravesarte. En serio, ese gato daba repelús.

El tema de los "refugiados" era que estaban todos escondidos. Me preocupé mucho por ellos. Al final, consiguieron algo de comida (pero no recuerdo de dónde salió). Sólo sé que la siguiente vez que me posé en la azotea (¿¿fui yo a buscar la comida??) estaban todos sentados en torno a cajas con arroz seco, contándose historias unos a otros y habían montado un Belén.

"Oh, vaya, qué bonito" me dije a mi misma. "Debemos estar en Navidad".

Qué bonito, un Belén improvisado en un campo de refugiados. Era realmente bonito. Estaba tan contenta de que tuvieran comida y agua, y un Belén que me acerqué al borde de la azotea.

"¿Bailamos?".

jajajaj! Hay una cosa que debéis saber de los sueños de volar. No se puede volar si crees que no puedes o si te paras a pensarlo. Y además, por algún motivo extraño, en este sueño yo tenía mucho afán por estar escondida. Desde luego, si un refugiado de una guerra me ve volando seguramente gritaría. Pero como estaba feliz y ellos estaban a lo suyo...

- ¿Estás segura?

"Pues sí, pues claro!..." me asomé al borde, y di un saltito pero sin perder el contacto lógico que toda pierna necesita con el pie y el suelo para no quebrantar la ley inquebrantable de la gravedad.

- ¿Qué haces?

"Me divierto" pensé, saltando fuera de la cornisa. Mira que bien. No me caigo. Jijijiji. Ellos tenían comida y refugio y yo no me caigo. Como me gusta hacer estas cosas. (Romper leyes) Cuando tengo días así...

- Te van a ver.

- No, porque no hay nadie -contesté.

- Te va a ver el Muso.

Me paré y volví a la cornisa. Qué sabe el Muso (y qué no) a menudo es un enigma.

- Mira -señaló aquella voz- Allí está el Muso.

Miré al otro lado de la azotea. Y sí, había una figura. Pero... a mí me parecía Ichabod Crane. Qué queréis que os diga. Iba vestido de siglo XVII. Estaba impasible, como una estatua. Bueno, era Jhonny Depp en el Jinete sin Cabeza. ¿Ese era el Muso? Entrecerré los ojos intentando averiguar más pero en la distancia...

Vestido de negro, impávido, inmóvil, sobrenatural.
Y vigilante.
¿Ese era el Muso? ¿Seguro?

No sé, antes, cuando llegaban los refugiados, me parecía que llevaba el pelo largo, iba vestido con un jersey (de pescador o algo así) gris, y unos pantalones... no sé, no sé. El Muso es cálido. Es luz. Y aquella... cosa, persona, figura... no era luz. Era algo frío. Como el espacio. No digo ni feo, ni horrible, ni siquiera malvado. Era otra cosa. 




No recuerdo el final del sueño. Me parece que ... nos descubren pero no lo tengo claro. 
Me hizo gracia lo del gato. Alguien grita, "¡cuidado, nos han descubierto!" y resulta que lo que subía en el ascensor era un enorme gatazo a rayas con los ojos fijos en todo lo que acontecía. ¡Ya esta bien, hombre! ¡Dinosaurios y un gato desconcertante! JAJAJAJAJA. Vamos, porque podía volar que sino tildo el sueño de ¡¡¡¡¡absurdez de dimensiones cósmicasssss!!!

Hala, feliz viernes!!!


3 comentarios:

David Hernando (Davidel) dijo...

Dos preguntas Nelly:
¿Quien es o que es el muso? Lo he leído muchas veces y no se si me he perdido algún post pero no puedo con este desconcierto Jaja.
La segunda:
¿Sueñas en tercera persona o en primera? Supongo que por los sueños que tienes será en primera...

Nelly dijo...

Depende. Suelen ser en primera, como estando despierta. Pero a veces es como una pantalla en la que yo veo lo que hago. Como si viera una pelìcula, solo que siento como en primera persona. Supongo, sino..no sabrìa que yo soy ese personaje. ¡Qué preguntas tan curiosas me haces! Para lo del muso pensaré en como darte respuesta...

David Hernando (Davidel) dijo...

Estaré encantado de saberlo, pues en ocasiones he pensado que era una personas y en otras tu conciencia... Sorprendeme entonces!! :)
En relación a los sueños, creo que es la primera vez que te leo decir que vuelas. Como lo aprendiste y con que edad? Yo aprendí sobre los 6 o 7 años recuerdo. Tienes mucha razón en algo que has dicho y es que si piensas que no puedes hacerlo jamas lo harás.
Bien día desde Niza (nuevamente)

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